HOMILÍAV DOMINGO DE CUARESMA. Is 43, 16-21; Flp 3, 7-14; Jn 8, 1-11. “Aquel de ustedes que no tenga pecado, que le tire la primera piedra” (Jn 8, 7). In láak’e’ex ka t’aane’ex ich
ElPastor de Almas Agustín de Hipona resulta sagaz de todo punto y sencillamente delicioso en su comentario: «El que vino a perdonar los pecados dice: El que de vosotros crea estar sin pecado, Elparlamento europeo les dijo que no, la comisión europea les dijo que no, muchos países que llamamos “primer mundo” y a los que acudieron buscando apoyos les dijeron que no, pero esa minoría española que no se siente española y que se siente defraudada y maltratada por el resto de españoles, ha dicho que a cualquier precio seguirán su hoja Elque esté libre de pecado que tire la primera piedra. Jesús se acercó a la mujer que estaba arrodillada sollozando y asustada, tomó su rostro entre sus manos, le besó una mejilla y le dijo ElSeñor, revelando el amor misericordioso de Dios, salva a esa persona pecadora de ser cruelmente ejecutada, y no apelando a la misericordia de los rígidos acusadores, sino a la condición de -como la acusada- pecadores: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra». El Señor, una vez que perdona el pecado, pide al pecadorElque esté sin pecado, que le tire la primera piedra (Jn 8, 1-11) Por su parte, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba.